cambiar

Si echamos la vista dos años y medio atrás, recordaremos aquellos aplausos en los balcones, las conversaciones de ventana a ventana y los mensajes motivadores que nos intentaban convencer que después de la tormenta, saldría el sol.

Íbamos a cambiar, la situación tan límite y devastadora vivida nos haría más fuertes, más humanos y más sensibles. Pero, que lejos de la realidad quedaba eso.

“Mirar para nuestro ombligo es espacialidad de la casa”

Seríamos capaces de lanzar el salvavidas que nuestro vecino necesita desde hace tiempo, pero que no nos hemos molestado en pararnos un instante frente a él para darle apoyo. Sin embargo, ahora ni siquiera le saludamos, vamos a lo nuestro, ya que mirar para nuestro ombligo es especialidad de la casa.

Seríamos personas con los pies en la tierra, viviendo cada día a sorbitos, impidiendo así que se olviden los instantes con el apresurado paso del tiempo. Nada de eso se aferró a nosotros, pues seguimos malviviendo inmersos en una rutina marcada por las obligaciones y compromisos, que no deja sitio al disfrute y a lo que realmente nos hace felices.

Queríamos ser más comprensivos, juzgar menos y ayudar más, pues constantemente hablábamos de solidaridad y de colaboración, pero ahora dicho compromiso parece ya no tener espacio, ni sentido.

Soñábamos con salir a la calle para abrazar a nuestros amigos y familiares, a los que ahora no nos molestamos en intentar ver e incluso si lo hacemos nos dedicamos a estar pendientes del móvil cuando disponemos de la oportunidad de compartir un ratito con nuestras personas favoritas.

Y es que no puedo de dejar de reflexionar sobre lo poco que hemos aprendido y avanzado, pues más bien parece que hayamos retrocedido en el tiempo, dando rienda suelta al egoísmo, al individualismo y cerrando las ventanas que nos comunican con el mundo.

No obstante, algunas opiniones son contrarias a las mías, alegando motivos de protección hacia uno mismo para justificar estos comportamientos, basándose en la suposición de que lo que no veo, no me duele y así me sentiré mejor.

Estas palabras no te las dejo plasmadas en este papel a modo de protesta, te lo aseguro. Te las regalo para que reflexiones sobre tus comportamientos y puedas observar si estás actuando con el corazón y la cabeza, o únicamente con la segunda.

Como tú gestiones las situaciones, es aceptable y respetable, lo único que te pido, es que siempre que muevas ficha, recibas por contrapartida un sentimiento de satisfacción y gratitud. Ahí, estarás siendo fiel a ti mismo/a.

+ posts

Dejar respuesta

Deja tu comentario aquí...
Nombre