James es un niño de 9 años con autismo que aborrece el contacto humano teniendo serios problemas de comunicación incluso de su familia
Desde que Mahe, un precioso labrador negro, llegó a su vida todo ha cambiado radicalmente, afirma la madre de James y lo que antes estresante y angustioso como podía ser una salida a la calle ahora es algo normal, Mahe hace que James se sienta más seguro y evita que al pequeño le den ataques de pánico y ansiedad.
El vinculo que tienen es tan fuerte que en hospital le permite asistir a las instalaciones cuando James tiene que acudir periódicamente a realizarse pruebas.

Una vez más la terapia con animales demuestra ser efectiva y un gran avance en enfermedades tan difíciles como el autismo, estudios científicos demuestran que el tener un perro cerca ayuda a los niños que padecen autismo a:
1-Mejora la autoestima y socialización del niño
2-Aumenta la independencia del niño
3-Aumenta la tolerancia a la frustración
4-Rebaja el nivel de estrés y ansiedad
5-Reduce las conductas de “fuga”