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La Asociación Amigos del Camino de Santiago de Aspe organiza una peregrinación del Camino de Santiago del 16 al 24 de abril para un grupo de jóvenes entre los 16 y 21 años con problemas de adicción a las tecnologías. Se trata de una terapia experimental con el objetivo de reducir la dependencia hacia las redes sociales y el juego patológico, especialmente en el ámbito de las apuestas deportivas.

Gonzalo Soria es miembro de la asociación y promotor de esta iniciativa. Es experto en comunicación y está finalizando sus estudios de psicología con Mención en Psicología de la Salud. Gonzalo informa de que actualmente la media de uso del móvil de un chaval está entre 6 y 10 horas diarias. Él reconoce que “las tecnologías son buenas y hay que utilizarlas, pero sin abusar”. A esto se añade el problema de las apuestas deportivas. Gonzalo explica que “están afectando mucho a los jóvenes porque es algo socialmente aceptado. Y cuando tomas drogas o alcohol, se nota físicamente, pero esto de las apuestas no tiene síntomas externos. Y si quieres consumir drogras o alcohol tienes que ir a un bar o a cualquier sitio a comprarlo, pero con esto no, puedes acceder con tu propio móvil”.

El equipo terapeuta y de apoyo estará compuesto por los psicólogos Orlando García, del centro Inteligencia Activa de Aspe y Gonzalo Soria, el experto en el Camino de Santiago, Ramón Pastor, que hará las funciones de organización logística, y un cámara para grabar esta experiencia única, salvaguardando la imagen de los chavales.

Se realizará una terapia individual y otra grupal cada día. Y no se limitarán sólo al ámbito de “corrección conductual”, sino a ejercer un cambio de hábitos y reforzamiento de valores, tales como el compañerismo, que les permita interactuar con otras personas que hayan vivido experiencias parecidas.

Durante el camino no portarán dispositivos electrónicos (incluidos móviles) ni llevarán dinero. Contactarán con sus familias una vez al día (por la noche) justo después de cenar a través del teléfono de los monitores.

El grupo de jóvenes que irá a esta terapia experimental será reducido, de entre 4 y 8 personas para una mejor atención, más personalizada y de calidad. Una vez que se cierre el listado de inscritos, realizarán una reunión individual con cada uno de ellos para conocerlos y saber qué tipo de patología tienen y ver quiénes pueden ir. Gonzalo insiste en que ellos no reconocen su problema: “piensan que lo controlan todo y que no tienen ningún problema”, asegura. Y dice que “son los padres quienes detectan el problema y tratan de hacérselo ver para que accedan a venir a hacer el Camino”. Además, la ayuda no se quedará en esta peregrinación, sino que a la vuelta a Aspe los jóvenes continuarán teniendo ayuda y seguimiento.

Son varios los estudios en los que se destaca los efectos terapéuticos de hacer el Camino, con una mejoría del estado de bienestar gracias a una reducción de los niveles de estrés, depresión o ansiedad. Mejorar hacia una vida más satisfactoria centrada en valores de percepción de una mayor felicidad. El Camino refuerza el afecto positivo, mejora la capacidad para no juzgar y te ayuda a aceptar las peculiaridades de cada uno. En definitiva, que sea un factor importante en su superación personal, permitiéndoles “entrenarse” para una nueva vida sin dependencias.

El coste es de 560€, de los que cada persona aportará un 50% (280 €), el otro 50% se financia a través de colaboraciones e instituciones públicas como el patrocinio del Ayuntamiento de Aspe y la colaboración de la Diputación de Alicante, Inteligencia Activa, la Obra Social de la Caixa, Proyecto Fénix, Blázquez Multiservicios, Obra Social CableWorld, Airos Comunicación, Home, Leopoldo y Lo Bordamos.com . Igualmente los organizadores buscan la colaboración de asociaciones de ayuda que trabajen en este tipo de perfiles.

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