No lo puedo negar. Lo confieso. Soy un fan carpetero del compañero periodista y deportista Valentí Sanjuan. Una persona que, desde hace ya varios años, se ha convertido en un referente máximo que me ha ayudado a retornar a una vía de crecimiento personal. Lo comenzó a hacer, ahora que revisito ese momento a toro pasado, mirándolo con cariño desde el prisma actual y la certeza que da el tiempo y la distancia, cuando estaba inmerso en una espiral autodestructiva. Como dice la canción… “y yo que no me daba cuenta”.
Todos tenemos un pasado con el cual no nos sentimos a gusto. El que lo niega, miente. Ya no solo miente, sino que poco se quiere y se ayuda. Porque, una de dos, o sigue inmerso en ese anclaje a ese pasado manifiestamente mejorable o trata de superarlo desde la contemplación y la reflexión. Dos elementos tan importantes como inútiles, si no traen una acción como consecuencia.
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Valentí Sanjuan salvó tres bolas de partido en el juego de su vida
Si por algo admiro a Valentí Sanjuan es por su naturalidad. Tanto en sus videos divulgativos como en sus documentales, no vende fórmulas mágicas que no implican esfuerzo. Siempre me ha resultado que su imagen es como la de esos héroes de los libros de caballería que surgieron en toda Europa a partir del Tirant Lo Blanch de Martorell. Textos que exponían los hitos de esas grandes personalidades en batalla, pero que también las humanizaban, dando cuenta de sus fracasos y heridas de guerra. Y es que el suelo del camino hacia el éxito personal no es, precisamente, un manto de rosas sin espina.
Su camino comienza en el fondo de un pozo. En un lapso muy corto de tiempo pierde a su madre, lo echan de su trabajo en Catalunya Ràdio y, para colmo, su pareja lo deja. Tras la consiguiente fase de duelo, una madrugada se cansa y dice stop. Se enfunda sus zapatillas, baja a la calle y, tras poner un pie delante para después hacer lo propio con el opuesto, se lanza a la carrera más importante que ha corrido y correrá: su vida.
Desde entonces, millones de seguidores en todo el mundo siguen su actividad deportiva en maratones, iromans, ultramans, titan deserts y un sinfín de competiciones. Pero, más importante que eso, es la labor motivacional e inspiradora que realiza, a través de sus propias vivencias personales. Experiencias vitales que no dejan nunca de incidir en que el pensamiento, que ha de ser positivo y orquestado bajo la premisa de que todo es posible, ha de conllevar siempre una acción.
Menos cabeza, más corazón
Y es que los límites del ser humano son muy amplios y, en la mayoría de ocasiones, solo existen en nuestras cabezas. Lo que podemos llegar a conseguir solo puede demostrárnoslo la acción, nunca nuestras barreras mentales. Cercos muchas veces impuestos por el exterior en edades tempranas y que nos condicionan de por vida, si no somos capaces de darnos cuenta de esta gran verdad.
Por ello, debemos caer en la cuenta de que esa senda hacia lo que realmente queremos y nos hace felices no se recorre sentándonos a pensar y esperar. Bueno, a no ser que tengas una capacidad sobrenatural o seas capaz de crear un mecanismo de acción exógeno, cuyo motor sea la telepatía o algo así.
Veámoslo con este ejemplo que te voy a proponer. Imagina que estás en una carrera de sacos. Cierto que es que la planificación y la estrategia te ayudarán e, incluso, pueden llegar a posibilitarte el aprovechar alguna oportunidad y otorgarte algo de ventaja. Pero como te limites a quedarte en la línea de salida pensando, como no te pongas a saltar, puedo ya vaticinar la posición en la que vas a quedar… ¿acaso tú no?
Redescubre el deporte como elemento indispensable para el bienestar
Valentí Sanjuan propone un desarrollo personal basado en el bienestar y la superación interior, a través del deporte. Un movimiento que, por supuesto, está motivado por el pensamiento, como toda acción viene precedida de un pensamiento consciente o automático. Pero como fin último tiene siempre la acción.
Es, por ello, que el deporte dignifica y realiza a las personas. Si no, respóndeme a algo: ¿de qué lo que algunos llaman “moda” del running ha dejado de ser un fenómeno puntual para convertirse en una realidad cada vez mayor? Es, precisamente, por el bienestar que proporciona, cuando se incorpora progresivamente y con moderación a la rutina diaria.
Así que si sientes que hay algo que no funciona en tu vida y aunque no sepas exactamente lo que es, ponte esas zapatillas que ya han cogido hasta humedad. No hace falta que sean unas bambas megatécnicas, al menos por el momento. Tampoco es necesario que te gastes lo que no tienes en material deportivo. Solo te necesitas a ti mismo. Y ya sabes. Tú, como Valentí Sanjuan, “menos cabeza, más corazón”.