La Asociación Por Ti Mujer aprovecha las «fechas señaladas» del calendario para lanzar una reflexión. Consideran que es números marcados en rojo son un importante recordatorio de aquellos horizontes que aún tenemos por alcanzar. Son una ocasión para hacer el balance de las luces y sombras que encontramos en ese camino. En esta ocasión, lo han hecho aprovechando el Día de los Derechos Humanos y para denunciar la violencia institucional ejercida en nuestro país sobre los inmigrantes.
Las chicas de Por Ti Mujer comienzan su escrito hablando de la importancia del diagnóstico social. «El diagnóstico facilita que podamos armonizar la voluntad tanto política como social. De ese modo, podemos hacer los llamamientos necesarios para que se encaminen hacia la causa común. Esa causa es poner a las personas y sus derechos en el centro. Siempre. Sin distinciones administrativas, de origen, género o condición étnico-racial, siempre en el centro de las sociedades».
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DDHH: materia independiente a la circunstancia, el contexto y otros condicionantes
«La declaración de los Derechos Humanos dicta que este cuerpo de derechos universales aplica, en virtud de ese principio, para todas las personas. No importa la circunstancia, contexto o resto de condiciones. Es decir, que el respeto a la dignidad humana y acceso pleno a estos derechos debe anteponerse, en la ley y en la práctica, a cualquier tendencia que, en nombre de estrategias de seguridad nacional, por ejemplo, vulnerabilice o criminalice a las personas inmigrantes por el hecho de serlo.
Un importante recordatorio tras el reciente cese, por ejemplo, de la comisión de investigación sobre la violencia institucional ejercida en la valla de Melilla. Una violencia que ha conllevado el lamentable saldo de al menos 23 personas que intentaban migrar, fallecidas en esa frontera.
No hay justificación alguna que deje espacio a la violencia institucional
Cada Estado es titular de obligaciones con todas las personas que habitan o transitan por sus territorios. Estos deben garantizar que las personas migrantes titulares de derechos puedan gozar de ellos. Ni las propias instituciones, agentes o legislaciones en lugar de protegerlas, pueden minar su cumplimiento.
Además, deben velar por todas las personas, especialmente las poblaciones más vulnerabilzadas, como mujeres y niñas. Su deber es generar y proteger las condiciones para la realización de derechos. Derechos tales como la sanidad, la educación, la vivienda, el trabajo digno y el acceso a prestaciones sociales. El fin último es el mitigar las situaciones de especial agravamiento y exclusión social.