El Caballo que cayó en el pozo
Cuenta la leyenda que había una vez un campesino muy pobre que se ganaba al vida trabajando en el campo con su único caballo. Un día, el caballo se cayó a un pozo muy profundo. El campesino desanimado valoró la situación y era demasiado costoso sacar al caballo de aquel pozo tan profundo. Así que con toda su pena, decidió sacrificar al pobre animal y comenzó a echar tierra con una pala al fondo del pozo.
El caballo, al principio desanimado, comenzó a quitarse la tierra de encima y a pisotearla. A medida que el hombre iba llenando el pozo de tierra más altura iba alcanzando el caballo. Finalmente, el caballo, gracias a lo que parecía una desgracia detrás de otra y a su incansable esfuerzo, logró salir del pozo.
“Las críticas nos impulsan a seguir creciendo”
Muchas veces, sentimos que nuestro trabajo y esfuerzo no sirve de nada. Esto se debe a que no nos sentimos valorados por los demás, llegando incluso a ser víctimas de numerosas críticas. Esas críticas caen encima de nosotros como las paladas de tierra caían encima del caballo. Por tanto, es importante saber gestionar esas críticas y utilizarlas como un impulso para continuar creciendo.
Y tan importante es saber manejar las críticas como no juzgar a nadie. Cada persona vive sus circunstancias y está librando sus propias batallas. No somo nadie para juzgar o criticar lo que hace una persona con su vida y con sus circunstancias.
No olvides que quien critica, en realidad está hablando de sí mismo. De sus miedos o de sus límites. Son personas que no han sido capaces de trabajar para conseguir lo que quieren y sus juicios de valor son el reflejo de su frustración. Por tanto, coge esos juicios y utilízalos como impulso para continuar y demostrar de lo que eres capaz.
Así que si alguien alguna vez pone en duda lo que estas haciendo, dile: ¡Al menos yo tengo el valor de intentarlo!