La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), el movimiento más representativo a nivel estatal (con 15.079 asociaciones y más de 5.746.000 afiliados) para la defensa de los derechos de las personas mayores y pensionistas ante los poderes públicos, privados y el conjunto de la sociedad. Será el encargado de respaldar las demandas de los profesionales sanitarios ante las movilizaciones para reivindicar reformas urgentes en la sanidad pública.
Dichas demandas pasan por exigir el compromiso de los gobiernos autonómicos para alcanzar mejoras laborales en el sector y cambios que posibiliten una mejor atención sanitaria (reducción de la carga asistencial, más medios, más tiempo destinado a la atención de pacientes y agendas compatibles con una atención óptima). En concreto, en Madrid, se reclama la mejora asistencial para destinar un mínimo temporal razonable de atención “pues piden algo tan razonable como disponer de, al menos, 10 minutos por paciente”.
Para la PMP, la crisis de la sanidad socava la atención primaria, pues se trata del primer eslabón del sistema sanitario y esto repercute sobre los servicios de atención especializada, la sobrecarga del sistema hospitalario o el total abandono de medidas de prevención y de educación para la salud.
“Si la atención primaria no puede atender un problema sanitario, se recurre a los puntos de atención 24 horas y las urgencias se colapsan. Pero no solo eso, sino que, si la primera capa asistencial no funciona, los pacientes llegan al resto de especialidades tarde, mal o nunca”, denuncia la PMP. Según agrega, “las urgencias desbordadas suponen pacientes en pasillos de hospitales o retrasos en el acceso a exploraciones imprescindibles para un diagnóstico, con su consecuente impacto sobre nuestra salud”.
Para la PMP, “un sistema asistencial que se precie no puede admitir que siete de cada diez personas que precisen asistencia médica, tengan que esperar más de dos días para obtener una cita en atención primaria y uno de cada cuatro, más de una semana” (según últimos datos de informe del INE), ya que, explica, “todo ello, provoca la sobredemanda en urgencias y la imposibilidad de que el personal sanitario trabaje bajo los estándares de calidad aconsejables, lo cual obliga a priorizar a los pacientes según la gravedad, generando una desigualdad en el acceso al sistema”.
“Hemos pasado de la implantación de un sistema fuerte de Atención Primaria, basado en la prevención y la promoción de la salud a partir de la Ley de Bases de Sanidad, al deterioro exponencial que el sistema está padeciendo a día de hoy”, manifiesta la PMP. Y, en este sentido, expresa que “los aplausos de hace no tanto tiempo, han de tener un reflejo presupuestario y una manifiesta voluntad política en la búsqueda y puesta en marcha de soluciones, pues es un problema generalizado y sistémico de todas las CCAA”.
Así, continúa, “de no adoptarse soluciones a la mayor brevedad posible, estaremos condenando a la sociedad española a tener dos clases de pacientes: ricos y pobres”. Todos los procesos asistenciales de larga duración y mayor coste acaban siendo atendidos desde lo público, por lo que “es fundamental que la puerta de entrada al sistema de salud tenga fácil acceso para toda la población, no solo a unos pocos porque no puedan costearse una asistencia privada”. “Si se quiere luchar contra la desigualdad, este es el primer terreno y eslabón asistencial en donde hacerlo”, señala.
Hay que destacar que nos encontramos en un momento “decisivo y crucial” para reflotar un modelo público de sanidad. Para ello, la PMP opina que deben de plantearse reformas profundas que no se basen en criterios economicistas, ni empresariales. “Destinar un porcentaje que alcance al menos el 25% del presupuesto sanitario a la atención primaria, debería de ser una prioridad”, afirma. “Recordemos que la propia OMS califica la situación de bomba de relojería y mientras tanto, nuestros profesionales sanitarios se sienten infravalorados y sostienen una sobrecarga de trabajo insostenible”, añade.
“La pandemia ha evidenciado las carencias de un sistema previamente debilitado por los recortes de la anterior crisis económica, en la que según el INE el sistema perdió un 10% del presupuesto y más de 30.000 profesionales. El sistema sanitario padece una gran escasez de plantillas, con niveles de bajas retribuciones y una alta temporalidad que llega a alcanzar en alguna Comunidad, un 44,3% de personal temporal”.
En este contexto, la Plataforma expresa que no hay recetas mágicas para atajar las listas de espera y, por ello, es imprescindible una importante inyección de recursos para poder hacer frente al incremento de personal sanitario y a la mejora de sus condiciones de trabajo, así como para la adquisición y desarrollo de nuevas tecnologías de aplicación sanitaria.
Para la PMP, “La sanidad es una inversión imprescindible, no un mero gasto. De ella depende que vivamos o no y con qué calidad de vida lo hagamos. Nuestro sistema se mantiene, en gran medida, gracias a la inversión que sus profesionales realizan en términos de sobreesfuerzo y ha llegado el momento de que ese esfuerzo se exprese también en términos presupuestarios”.
“Si la salud es lo que más valoramos los ciudadanos, y las personas mayores en especial, también se debería valorar más a los profesionales que nos la prestan”, asevera el presidente de la PMP, Ángel Rodríguez Castedo.