El pasado 29 de octubre se celebraba el Día Mundial del Ictus y desde este marco, el responsable del Servicio de Rehabilitación del Hospital San Juan de Dios de León, insiste en que los afectados, “deben comenzar el tratamiento lo antes posible” para “compensar los déficits motores incidiendo en el equilibrio en bipedestación y el reaprendizaje del patrón de la marcha”.
El Hospital San Juan de Dios de León ha recibido entre enero y septiembre de 2022 un 35 por ciento más de pacientes derivados del Complejo Asistencial Universitario de León (CAULE) tras sufrir un ictus. El Ictus es una patología que daña el cerebro por una alteración de los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro. Concretamente, su Servicio de Rehabilitación ha atendido a 143 afectados por un accidente cerebrovascular (ACV) frente a los 106 del mismo periodo de 2021 que han permanecido en el centro una media de 34,37 días.
La incidencia de los Ictus va en aumento
La incidencia de esta enfermedad va en aumento, en paralelo al envejecimiento de la población y a unos hábitos de vida manifiestamente mejorables. Y es que de los casi 105.000 nuevos casos que se dan cada año, más de 99.000 son provocados por unos accidentes cerebrovasculares que representan tras las cardiopatías la segunda causa de mortalidad, así como la segunda causa de demencia tras el alzhéimer, y la primera de invalidez permanente en países occidentales.
Ya sea por una arteria por una arteria obstruida (isquémico) o por la rotura de un vaso sanguíneo (hemorrágico), lo cierto es que un ictus cambia la vida de quien lo padece de un día para otro. “Una vez estabilizado clínicamente, el paciente debe comenzar el tratamiento lo antes posible”, ha señalado en el marco del Día Mundial del Ictus sobre un proceso de recuperación que requiere de la colaboración activa del paciente y de la implicación de la familia, una “pieza fundamental”.
El tiempo es cerebro
El tiempo es cerebro. En este sentido, el abordaje precoz es vital para reducir la mortalidad y unas secuelas que, en el 40 por ciento de los casos, le inhabilitan para realizar actividades básicas de la vida diaria.
“El pronóstico depende fundamentalmente de la gravedad inicial del ictus. La edad, como tal, no es un factor. No obstante, los pacientes más mayores presentan más comorbilidades que sí pueden influir en la recuperación”, ha precisado el doctor Alcoba.
“Se trata de compensar los déficits motores incidiendo en el equilibrio en bipedestación y el reaprendizaje del patrón de la marcha”, ha subrayado el médico rehabilitador de San Juan de Dios tras recordar las señales de alarma que alertan de un posible episodio: debilidad repentina o adormecimiento de la cara, el brazo o la pierna, especialmente de un solo lado del cuerpo; confusión súbita, alteración del habla o del entendimiento; problemas repentinos en la vista en uno o ambos ojos; dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o de la coordinación; y dolor de cabeza muy fuerte sin causa aparente.
Actualmente, el ictus es la entidad neurológica que mayor número de ingresos genera en España (el 70% de los neurológicos) y una de las patologías que lleva aparejada una mayor estancia hospitalaria y, en consecuencia, un mayor coste. De hecho, es responsable de entre el tres y seis por ciento del gasto total sanitario. “Además de la rehabilitación, se prescriben ayudas técnicas y ortesis para que puedan alcanzar un mayor grado de autonomía”, ha señalado en relación a dispositivos o herramientas como las férulas antiequinas o las sillas de ruedas adaptadas al estado neurológico del paciente.