En esta ocasión mi columna será diferente y quizás pueda parecer un poco técnica, pero mi única intención es enseñaros un poquito de los síndromes compresivos vasculares.
Pienso, que lo que no se conoce no se puede diagnosticar y a menudo las personas que los padecemos nos encontramos en esa tesitura, en un callejón sin salida en el que por mucho que gritemos, nadie puede escucharnos.
Os advierto que hablo desde mi experiencia y que para nada este texto tiene carácter médico ni mucho menos.
La descripción de los síndromes compresivos vasculares hace referencia a patologías causadas por el atrapamiento de los vasos sanguíneos con una superficie rígida o semirrígida en un espacio anatómico confinado. Quizás os parezca que la prevalencia no es significativa, ya que afecta aproximadamente a menos del 1% de la población general. Sin embargo, bajo mi punto de vista, cualquier problema de salud es realmente importante aunque una sola persona sufra a consecuencia de ello.
El síndrome de Wilkie, síndrome de Cascanueces, síndrome del ligamento Arcuato Medio, síndrome de Congestión pélvica, síndrome de May-Thurner y síndrome de la Vena cava inferior, son los tipos de síndromes que existen. Aunque a menudo muchas personas afectadas se encuentran también con patologías adicionales como POTS, gastroparesia, disautonomía, síntomas urinarios, insuficiencia venosa, hematuria, obstrucciones intestinales, disfagia y síndrome de la médula anclada, ect. Desgraciadamente, todavía queda mucho camino que recorrer para relacionar conceptos al respecto.
Habitualmente para lograr disponer de un diagnóstico es necesario un tiempo excesivamente largo y visitas a numerosos especialistas que aun siendo verdaderos profesionales no son capaces de detectar lo que le sucede a tu organismo. Esto supone desgaste mental, físico y enormes costes económicos, personales, familiares y sociales, entre otros.
Actualmente no existe una unidad de referencia y tan solo contamos con un cirujano vascular experto en Síndromes compresivos vasculares, el Dr. Rodríguez Morata que trabaja en el Hospital Quirón Salud Málaga y se implica inmensamente en estos problemas que nos complican tanto la vida. Sin duda, este profesional ha sido, es y será siempre mi luz en este túnel sin salida.
Nuestras opciones pasan por tratamiento conservador o cirugías, siendo estas últimas la opción disponible a día de hoy para mejorar calidad de vida. Y nos agarramos a lo único que tenemos porque nuestras molestias nos atan constantemente de pies y manos, consistiendo en dolores de barriga, espalda, piernas, saciedad precoz, pérdida de peso, dificultades para comer, entumecimiento de extremidades, náuseas, hinchazón, reflujo, ardor, dolor de pecho, taquicardias, mareos, dolor de cabeza, tensión baja y mucho más.
Cuando nos enfrentamos a las intervenciones o algún tratamiento alternativo, somos conscientes de que los resultados son inciertos y no disponemos de garantía alguna, ya que con enfermedades minoritarias no existen las estadísticas que todo paciente quiere consultar. Por ello, la mayor petición que puedo hacer desde estas líneas a modo de visibilidad es que por favor se destinen recursos a la investigación para disponer de datos y que no tengamos que convertirnos en trapecistas acostumbrados a caminar por la cuerda de la incertidumbre.