Casi en la misma línea de otro artículo que compartíamos sobre si te sientes culpable cuando descansas, ahora toca hablar de la ansiedad de alta funcionalidad.
Esta ansiedad de alta funcionalidad es propia de esas personas que aparentemente “pueden con todo”. En cambio, interiormente se sienten agotadas por su incapacidad a decir no y viven en silencio su agotamiento mental.
¿Qué es la ansiedad de alta funcionalidad?
Es ese tipo de trastorno que sufren las personas que pueden desenvolverse más o menos bien en su vida, a pesar de la ansiedad. Es decir, aparentemente, llevan una vida normal y cumplen con sus obligaciones, pero en el fondo sienten que algo no va bien dentro de ellos.
Normalmente, salvo algunas excepciones, este tipo de ansiedad se puede explicar mediante dos causas. Una sería la propia personalidad y otra la historia familiar. Por consiguiente, las personas más perfeccionistas y complacientes con los demás tienden a ser los que la sufren. Sin olvidarnos, que también influye mucho el tipo de educación que reciben.
Los síntomas suelen ser difíciles de observar y detectar ya que este tipo de ansiedad puede hacer que la personas sea más proactiva. Sin embargo, existe un claro desgaste interno que se arrastra durante mucho tiempo.
Los síntomas que podemos confundir con aspectos positivos
La persona con ansiedad funcional suele ser muy competente a nivel social. Es extrovertida y muy alegre. Se ponen la máscara de alegría constantemente. También son proactivas, perfeccionistas, organizadas, puntuales y cuidan los detalles. Llaman la atención por su gran disposición y su entusiasmo constante. Son las típicas personas obsesionadas con las listas y tenerlo todo apuntado.
Los aspectos negativos e la alta funcionalidad
Tras esa apariencia de felicidad y de eficacia, se esconde un malestar o una insatisfacción. Es así, que estas personas tienen la incapacidad de decir no y tienden a ser complacientes con todo el mundo. No saben poner límites. Normalmente, tienen un diálogo interno muy desgastante y negativo. Además, les resulta muy difícil relajarse y eso les genera sufrimiento. Por otro lado, es común que tengan rituales obsesivos, como doblar la ropa de determinada manera, contar las escaleras, etc. Y, probablemente, lo más grave es que no se sienten bien con ellas mismas y la insatisfacción es una constante en sus vidas.
Asimismo, una de las características que sí podemos ver notablemente es la somatización. Suelen tener cefaleas, dolores de estómago, dolores musculares, insomnio, fatiga, etc.
Las personas que sufren esta ansiedad no creen que necesiten ayuda ya que cumplen con sus responsabilidades y llevan una vida “normal”. Pero es necesario entender que seamos funcionales no significa que estemos bien.