Seguro que todos escucháis en vuestras ciudades, a nivel nacional, o en vuestro pueblo las inversiones que se realizan en el mantenimiento de carreteras, pero cuando os ponéis al volante, os enfrentáis a otra realidad, en vuestro camino tenéis que sortear baches, arcenes en mal estado o inexistentes, falta de señalización… Cuando esto ocurre en nuestro trayecto habitual, ya nos las sabemos todas y extremamos las precauciones, pero en otras ocasiones la vía nos “pilla” por sorpresa, y podemos sufrir daños en nuestro vehículo o incluso lesiones. Seguro que más de uno os sentís identificados con este tipo de incidentes, por haber tenido la mala suerte de sufrir el accidente.
Es importante cuando nos enfrentamos ante un siniestro de estas características, saber los pasos que debemos dar, y sobre todo los derechos que nos asisten.
La prueba
Como en cualquier accidente, lo principal es la prueba, ya que sin ella no podemos emprender acciones legales contra la administración responsable, o sería una reclamación temeraria por los riesgos que la misma entrañaría para nosotros. Por ello, cuando nos ocurra cualquier accidente cuya consecuencia sea una anomalía en la vía, dejar constancia de la misma. El paso correcto sería llamar a la Guardia Civil o Policía Local, dependiendo de quién sea la competente en dicho tramo, para que realicen el atestado donde se recoja la circunstancia de los hechos.
Por otro lado, sacar fotos del lugar en cuestión y del daño sufrido, sin lugar a dudas ayudará en la gestión del expediente, algo que hoy en día es fácil dado que prácticamente todos tenemos móvil, y para esto su utilidad es incuestionable. Lo que NO debes hacer es abandonar el lugar de los hechos, algo que en no pocas ocasiones ocurre. Si existieran testigos del incidente, el momento de recabar datos es en ese mismo momento, dado que si lo posponemos, es muy probable que luego no los localicemos. Los datos serían muy simples nombre, apellidos y un teléfono de contacto como mínimo.
Con estos datos posteriormente ya seria documentar los daños y perjuicios sufridos para proceder a la reclamación ante la administración competente. Este tipo de procedimientos, tenemos que concienciarnos de que su resolución suele dilatarse en el tiempo, pero no por ello debemos renunciar a nuestros derechos, simplemente es cuestión de paciencia. Hoy no voy a entrar en especificar el modus operandi de estos procedimientos, eso lo haremos en otro blog. La finalidad del blog de hoy, es trasladaros la necesidad de denunciar las deficiencias existentes en la vía, porque las consecuencias que provocan las mismas en algunas ocasiones, son irreversibles, y si todos luchamos ante estas negligencias conseguiremos unas vías con menor riesgo para todos.
Ejemplos
Vamos a citar algún ejemplo con el que os podéis encontrar en vuestro día a día, y queda en un simple cabreo en la mayor parte de las ocasiones, sin realizar gestión alguna al respecto. En las ciudades, por ejemplo ha cobrado presencia los “badenes” para evitar el exceso de velocidad en determinadas vías, dichos “badenes” en ocasiones su resalto es demasiado alto, superando la altura máxima que exige la normativa, provocando daños en los amortiguadores o bajos de los vehículos, daños que podemos reclamar al ayuntamiento o administración en cuestión.
En otras ocasiones, nos encontramos con “baches” o “asfalto en mal estado”, de los que se puede derivar un simple reventón en una rueda o por el contrario consecuencia más lesivas, por derivar en pérdida de control del vehículo, en este caso también, debemos reclamar ante la administración competente. Otros casos con los que os podéis sentir identificados, es “mala señalización o señalización inexistente”, “gravilla”, “restos de sustancias en la vía”, las circunstancias pueden ser diversas, pero sin duda si el daño viene causado por hechos ajenos a tu propia conducción, es reclamable, y debes consultarlo con un profesional que te informe de la viabilidad y posibilidades de éxito del asunto en cuestión.
Concienciarnos y denunciar
Es normal, que cuando sufrimos un accidente de esta tipología y tenemos nuestro vehículo a todo riesgo no nos preocupemos, de presentar reclamación alguna ante la administración puesto que nuestro daño nos lo subsana nuestro seguro, pero debemos concienciarnos y denunciar igualmente dicha anomalía puesto que debemos evitar que otro usuario sufra un incidente. Es cierto, que quizá pecamos de cómodos, y evitemos perder el tiempo en estas gestiones pero yo os animo a que si no queréis hacerlo vosotros, se lo comuniquéis a Fundaciones como Avata para que ellas realicen la gestión, dado que una de sus finalidades es luchar por la Seguridad Vial, estos trámites forman parte de dicho cometido. Entre todos podemos conseguir carreteras más seguras.
Soluciones
Según la Asociación Española de la Carretera, hay que poner soluciones para mejorar el estado de nuestras vías, algo que comparto. Las soluciones todos sabemos cuáles son: reparar los daños existentes en las vías, pero mientras esto no se haga de una forma efectiva en su integridad, los usuarios debemos alzar la voz y denunciar esas anomalías así como, reclamar TODOS los daños sufridos derivados de esos desperfectos en el firme, o en la mala señalización…
El artículo 106 de nuestra Constitución establece que: “Los particulares tendrán derecho a ser indemnizados por toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes o derechos, salvo los de fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia de los servicios públicos”. Os ánimo a reclamar los daños que sufráis pero no olvidéis:
-El daño debe ser provocado directamente por un mal funcionamiento de la administración, y no por causa de fuerza mayor.
–Que el daño sea cuantificable
-Que tengamos prueba de la anomalía/defecto existente en la vía
Las reclamaciones se formulan ante el titular de la vía, dígase fomento, ayuntamiento, comunidad autónoma… tenemos un año desde el siniestro para formular la reclamación.
“Ante cualquier incidente, infórmate, la información es poder”.