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¿Por que incomoda tanto hablar aún a día de hoy, de algo tan natural e inherente a cualquier especie como lo es el sexo?

Me asombra la facilidad con que gente de otras culturas, que en base a nuestro imaginario colectivo están mucho más atrasadas y reprimidas en este campo, tratan el tema de una forma casi a mi juicio, hasta genuina.

Y en nuestra cultura, pilar supuestamente del progreso y de la información, aún seguimos viendo sucesos tan incómodos como los embarazos no deseados, o enfermedades de transmisión sexual, solo por no informar del tema, o por no tratarlo como se debería, tanto en el ámbito escolar como familiar.

Me da cierta lástima que para mucha gente, el sexo siga siendo tabú, y luego exista por otro lado esa doble moral de la procreación, como lo más deseable de la vida, y a lo único que podemos aspirar casi en exclusiva las mujeres.

Creo firmemente, como psicopedagoga y como maestra, que el asunto sexual y su implicación curricular, a de tratarse de forma integral y global. Porque oye, está muy bien saber hacer ecuaciones de segundo grado o reglas de tres.

Pero… tal vez esto, no lo tengamos que utilizar en la vida, mas que en un simple examen de la escuela. ¿Pero el sexo?

Nadie se ha planteado, para mi tristeza, o muy pocas personas, que de él venimos todos y por suerte, de él podemos disfrutar de forma placentera, con las herramientas para ello.

Y no se trata únicamente de actos tan esporádicos como dar una charla en un instituto sobre sexualidad, o repartir dos o tres cajas de preservativos en un aula de adolescentes.

Cuando se trata de abordar algo de forma curricular, lo ideal es hacerlo atendiendo a las diferentes fases del desarrollo de una persona, sin dejar ningún cabo suelto.

Es fácil de extraer, que un niño pasa por ser adolescente, y de ahí, se pasa a ser adulto. Y si el tema no se trata, no pretenderemos que la persona, lo aprenda por si sola, porque esto, no hará sino aumentar las lagunas que ya de por sí, existen en este campo.

Y luego están los que por desdicha aún a día de hoy, siguen creyendo en la prohibición. Nada gusta más que hacer lo que nos prohíben, y eso, solo servirá justo, para lo mismo que he señalado en el punto anterior.

Así que… Ya es hora de que nos pongamos a trabajar de verdad por esto, y por dar a nuestra gente del futuro y porqué no también a la que ya no es tan joven, una verdadera educación sexual, porque esta si que es un área que nos atañe a todos, sin distinción de género, cultura o características personales.

El sexo es para todos, y no excluye… El sexo, nos hace y nos crea, nos identifica y nos distingue.

Sara Braña
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