¿Cómo te sientes cuando alguien te insulta, te grita o te da órdenes? Seguramente mal. ¿ Y qué ocurre cuando eres tú el que te lo haces a ti mismo? Fíjate en lo que te cuentas.
¿Qué historias te cuentas a ti mismo?
Todos tenemos una voz interior que nos habla a través de nuestros pensamientos. Esos pensamientos y todo aquello que nos decimos a nosotros mismos influye directamente en cómo nos sentimos. Con esa voz interior, muchas veces, tenemos conversaciones profundas, debates, peleas o le pedimos que nos ayude constantemente. Esa misma voz interior pude darnos un cálido abrazo o golpearnos bruscamente.
Ante las diferentes situaciones que nos vamos encontrando en la vida, nos vamos contando historias o más bien, montando películas. No quiero generalizar, pero claramente es mi caso. Esas películas que se montan en mi cabeza, no tienen otra finalidad que preocupar y entrar en la negatividad. Es más, a veces me las creo tanto que condiciono a mi mente para que tome las decisiones que me lleven hasta esa historia.
Todo aquello que nos contamos a nosotros mismos es muy importante. Afecta directamente a nuestra autoestima y nuestras decisiones se verán condicionadas por estos pensamientos. Por eso siempre me digo: ya que te vas a contar una historia ¿por qué no te la cuentas bonita? Y es que ya puestos a inventar, inventemos historias que trabajen a nuestro favor.
La importancia de ensayar otros pasos para cambiar el baile
Y es que fijaros qué diferente suena “todo me pasa a mí“, de “ánimo, puedo resolver este problema“. O “ella es mucho más divertida que yo“, del “qué bien me lo paso con ella“. El lenguaje negativo nos menosprecia, nos castiga y obstaculiza cualquier objetivo o proyecto que nos proponemos. Esto es debido, a que lo que nos decimos afecta directamente a nuestra autoestima, a lo que hacemos y, por tanto, a las decisiones que tomamos.
Así que te animo a que empieces a cambiar tu discurso. A que te hables como le hablarías a un amigo o amiga y que pongas mucha atención a las palabras que utilizas. Eso significa ser empático contigo mismo, tener paciencia y respetar tus tiempos. No es algo que resulte fácil y requiere mucho entrenamiento, como todo en la vida. Pero…