¿Te has parado a pensar todo lo que trabaja nuestro cerebro cuando escribimos a mano? Para empezar, se debe poner en marcha la atención, la concentración y la memoria. También entra en juego la planificación de la idea que queremos transmitir y a quién va dirigida. Por ello, es necesario conectar con las emociones e intenciones. Después hay que construir una estructura sintáctica, elegir las palabras y seleccionar los signos gráficos. Para terminar debemos decidir las secuencias de movimientos que corresponden a cada letra para ejecutarlos con nuestra mano.
Para celebrar el Día Mundial de la Caligrafía, te contamos qué beneficios nos provoca el acto de escribir a mano.
Beneficios de la caligrafía
Te da mejor control sobre tu cuerpo
Escribir requiere poner nuestro cuerpo en posición dándole la tensión que requiere. También necesitamos poner en marcha las habilidades motoras finas que exigen un buen dominio de los músculos pequeños de las manos, muñecas y dedos. Todos estos movimientos son un esfuerzo coordinado del cerebro y el cuerpo.
La caligrafía estimula más áreas del cerebro que teclear
Las áreas que se activan cuando escribimos tienen que ver con lo cognitivo y con lo racional, pero también con lo emocional y con la memoria corporal.
Te ayuda a comprender mejor
Al escribir en papel y autodictarte lo que quieres escribir estás activando el sistema de activación reticular. Este sistema es el que le permite al cerebro procesar la información. Por ello, escribir a mano es una de las técnicas de estudio más efectivas, un ejercicio mental continuo que mejora el aprendizaje.
Ayuda a retener la información
Los movimientos que realizamos cuando escribimos se quedan impresos en la parte encargada de procesar información. Esto crea una huella de recuerdo motor en el cerebro.
Mejora la conexión de tus neuronas
Cuando escribimos en el teclado, hay circuitos neuronales que ni es activan. En cambio, cuando lo hacemos a mano, la actividad es constante.
La caligrafía puede llegar a ser un ritual
El acto de parar, sentarse y ponerse a escribir hace que conectemos con lo que nos sucede internamente a través de los materiales. Es entrar en nosotros mismos para poder expresarlo con palabras en el papel.
Es un acto sensorial
Cuando escribimos desconectamos del ruido exterior, nos calmamos y estamos atentos a todos los detalles de lo que tenemos enfrente.
La caligrafía tiene un montón de beneficios más y ya, estos aumentan, cuando hablamos de la caligrafía como forma de arte y de expresión artística.