El objetivo es mejorar las expectativas de reinserción social y normalización de la población reclusa.
Eva Gómez, técnico responsable de la institución de este programa, explica que tiene dos vertientes: “la tutela de los permisos ordinarios, que funciona desde hace 20 años con ayuda de los servicios sociales, y el programa de reciente creación de acompañamiento integral a personas reclusas y ex reclusas”.
Dentro del Centro Penitenciario se realizan atenciones personales y se imparten diversos talleres.
En la Casa de Acogida se aloja a las personas que han obtenido permisos ordinarios de cuatro días de duración aprobados de acuerdo con los requisitos exigidos por la Ley, acompañados por personas voluntarias.
Se gestiona además un servicio para mediar entre familias e internos en el envío de paquetes .
Por otro lado estas personas desarrollan actividades de apoyo a diferentes servicios de Cáritas y realizando trabajos en Beneficio de la Comunidad (TBC), en reparación del daño causado, a través de un convenio con Instituciones Penitenciarias.
Gracias a este programa Cáritas acoge a menores infractores de 14 a 17 años, que han realizado horas de servicio comunitario, en colaboración con la Fiscalía de Menores. Se trabaja desde el apoyo familiar y la adquisición de valores.
En la actualidad este equipo lo componen 33 voluntarios enormemente comprometidos con este programa de acompañamiento integral a personas reclusas y ex reclusas.