Queridos lectores, mi amada gente, aprovechando la Eurocopa y que el verano nos trae eventos deportivos de índole y tras tanto retraso, voy hoy a hablaros precisamente de eso, de deportes.

Por fin parece que esto de la Covid ha dado una tregua o eso parece al menos, y que el deporte, ya vuelve a ser noticia. Este año, 2021, se celebrarán ya las Olimpiadas, herencia directa de la Grecia antigua, cuna de la civilización occidental, por si muchos no lo sabíais….

En el próximo mes de julio, las piscinas de Tokio se llenarán de luz, las pistas de atletas, y en fin, habrá un despliegue mediático sin precedentes, para que todo el mundo pueda asistir a través de los medios de comunicación, a tan honoríficos espectáculos.

Tras toda la pompa que generan las olimpiadas, y que oye, yo para nada creo que lo desmerezcan, llegan las denominadas como “paraolimpiadas”, en un intento por emular a las anteriores, pero con otra connotación.

En este caso, personas con diferentes diversidades funcionales, o discapacitados, para aquellos menos correctos al hablar, lucen todo su arte, igual o mejor que los anteriores, pero a los que por el contrario, no se les da la misma, ni parecida visibilidad.

Ya empezando por el nombre. Que horror, eso de “paraolimpiadas”!!!.

Yo no sé si alguien lo habrá advertido, tal vez es que yo soy así como muy puntillosa…. Pero oye, es que no puedo evitar asociar eso de “paraolimpiadas”, con cuando sale una noticia pues que sé yo, de Colombia por ejemplo, con el titular “grupos paramilitares vuelven a atacar en Colombia…”.

Y es que si nos referimos a la acepción propiamente dicha con tal prefijo, esto suele tener un sentido digamos, poco virtuoso. Sé que puedo parecer redicha, pero siendo filóloga hispánica como soy, me resulta de lo más insultante, usar el prefijo “para”, antes de la palabra “olimpiadas”, para referirse al deporte adaptado para personas con diversidad funcional, y que tiene lugar justo tras las Olimpiadas.

Por tanto, si nos atenemos a lo estrictamente lingüístico, significaría esto que estos juegos “paraolímpicos”, no son deportivos en realidad, puesto que al añadir el prefijo “para”, les resta tal consideración. Paramilitar, es todo lo que no es militar, o parapolicial, es todo lo que no es policial, y está al margen, o actúa a la sombra de la policía.

Por tanto, amada gente, ya es hora de que empecemos a usar bien los términos, y si cuesta encontrar uno adecuado, pues más costó hacer la catedral de León, y se hizo, verdad? Pero hagamos el favor de no seguir usando el término “paraolimpiadas”, porque parece que estamos hablando de algo totalmente ajeno a lo deportivo, cuando al menos para mí, tiene la misma o quizá más importancia, que las propias olimpiadas.

Pero de esto, queridos lectores, mucha culpa tienen los medios de comunicación, y su repercusión de tales eventos. Mientras que las olimpiadas generan dinero por doquier y un interés que ellos mismos se encargan de darle, quien, desde el corazón, se para a ver un partido de Bocha, de baloncesto en silla de ruedas, o de natación de invidentes?

Pocas personas, creo yo al menos. Pues oye, si el señor Michael Phelps ha ganado sus cuantiosas medallas con mérito, no lo discuto, la señorita Teresa Perales, que va en silla de ruedas, también lo ha hecho y lo hará, y con más mérito aún!!!

No quiero, lectores, deciros que no disfrutéis del deporte olímpico, porque yo soy la primera que aunque solo oiga la música, pero mi imaginación vuela, al estar frente a la televisión cuando emiten la natación sincronizada, o la gimnasia rítmica de los juegos olímpicos.

Pero, oye, si seguimos creyendo y denominando “paraolimpiadas” a lo que viene justo después, solo porque quienes las practican no andan, no ven o no oyen, pues mal vamos, que queréis que os diga! Esas, las de después, son olimpiadas igual, y desde aquí, reivindico que se les dé exactamente la misma cobertura informativa que a las otras, para que la sociedad, las perciba exactamente del mismo modo.

Pero claro, estas no generan el mismo dinero, ni el mismo interés. Y aquí, todo se mueve por eso. Como decía sarcásticamente el gran Quevedo en uno de sus poemas, “poderoso caballero, es don dinero!”.

 Pues para mí, como maestra de Educación especial y persona con diversidad funcional visual, que no ciega, por mucho que haya quien se empeñe en verme así, esas “paraolimpiadas” tan mal llamadas, tienen exactamente el mismo valor o mas que las otras, y así debería considerarse socialmente.

¡¡¡El deporte es vida, el deporte es arte, pero para todos por igual!!!

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