Con ella se busca «la reparación del dolor y el derecho a la verdad» a nivel nacional, integrada por organizaciones de Catalunya, Euskadi, Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla y León, Comunitat Valenciana e Illes Balears.
La lucha por dignificar el trato que reciben los mayores en los asilos da así un nuevo paso en un momento clave. Con la práctica totalidad de los ancianos vacunados, el foco de atención se desplaza a otros ámbitos. Lo que se pretende es no volver a caer en el olvido, por el cual las residencias de mayores cayeron en debacle.
La primera movilización fue en septiembre. En esta gran protesta reclamaron un nuevo modelo de residencias. Bajo el lema: «Por los miles que murieron en condiciones indignas», se concentraron en: en Madrid, en Murcia, en Canarias, en Baleares, en Cantabria, en Asturias, en Castilla y León, en Andalucía, en Aragón, en Catalunya, en la Comunitat Valenciana y en Galicia.
Organizaciones de la plataforma
Está liderada, además por la principal asociación catalana y por la principal asociación madrileña: la Coordinadora Familiares de Residencias 5+1 y la Plataforma por la Dignidad de las Personas Mayores en las Residencias (Pladigmare). Las tres, a través de sus cabezas visibles (Campos, María José Carcelén y Miguel Vázquez Sarti) fueron las que iniciaron los contactos para que la plataforma estatal se hiciera realidad.
También tiene presencia de organizaciones de Castilla y León (Plataforma de Afectados por la Gestión en Residencias de Castilla y León), Euskadi (Babestu Alkartea/Bizkaia, Gipuzkoako Senideak, y Babestu Araba/Gasteiz), de Andalucía (Addemar, Asociación para la Defensa y Dignidad de las Personas Mayores en Residencias), de Aragón (Plataforma por unas Residencias Públicas en Aragón), de Canarias (Marea Gran Canaria de Residencias), de la Comunitat Valenciana (Afadomusvi, Asociación de Familiares de Afectados de las Residencias de Domusvi Alcoi y Cocentaina) y de Illes Balears.
También contarán con el apoyo de la Asociación de Familiares e Usuarias da Residencia DomusVi Barreiro-Vigo —donde murieron 47 personas en la primera ola—, de la Asociación de Familiares e Usuarias do CRAPD e das Residencias Públicas de Galicia y de la Asociación de Familiares de Vítimas da Xestión da Covid nas Residencias.
La Covid-19 en las residencias
Nos encontramos antes la cifra de 29.408 usuarios de residencias fallecidos a causa de la pandemia. Según el informe Enfermedad por coronavirus en Centros Residenciales publicado por el Imserso el pasado mes de marzo. Es por ello, que la plataforma no cejara en su empeño de que se cumplan todas sus exigencias: «la reparación del dolor y el derecho a la verdad».
Para los familiares lo vivido en los centros de mayores puede calificarse de «indignidad, hecatombe y vergüenza». Y hasta el Defensor del Pueblo le avala en su informe anual del pasado jueves, que criticó duramente contra los protocolos que, por ejemplo en la Comunidad de Madrid, impidieron las derivaciones de los ancianos a los hospitales. Y reclamó más personal e inspecciones, cambiar el modelo de residencias.
Un cambio necesario en el modelo asistencial de las residencias
En 2019 el sindicato de enfermería SATSE denunció en un estudio el grave déficit de enfermeros que sufren las residencias en España. Solo 0,06 profesionales por cada cama. Así es imposible ofrecer una atención y curas con la seguridad y calidad que las personas se merecen. Con la pandemia de la Covid la capacidad en estos centros no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado.