Desde hace décadas se lucha por mejorar las condiciones laborales, ya en 1986 la lucha por la jornada laboral de 8 horas originó que ahora celebremos el día de las personas trabajadoras, fue un comienzo y muchos han sido los avances durante este tiempo. En la actualidad la legislación regula las condiciones de protección, seguridad y salud laboral y hay mínimos que todas las entidades cumplen. Aunque ya existe mucha evidencia en este campo, hay una parte en la que el desconocimiento sobre las verdaderas consecuencias de ello impregna en gran parte de la sociedad y en ocasiones en las propias entidades, lo que origina que haya deficiencias en su prevención, en concreto frente a los riesgos psicosociales, a la salud mental…
La pandemia ha supuesto un nuevo momento de reflexión respecto a nuestra vida laboral, no pocas personas han puesto en la balanza su vida personal y la laboral y se han lanzado hacia un cambio. El teletrabajo, impensable en muchos casos anteriormente, ha ganado puestos favoreciendo una mejor conciliación personal y/o sociofamiliar. En cuanto a las empresas, la pandemia no parece haber ayudado y la postpandemia con todo lo que está surgiendo, mucho menos. Las empresas o resto de entidades, en general, parecen más ahogadas, con mayores dificultades y algunas erróneamente creen que es un mal momento para ponerse a reflexionar sobre el bienestar de su personal.
Hay aspectos que pueden estar influyendo en que no se preste la atención necesaria a la salud mental en el ámbito laboral. Estos factores directa o indirectamente afectan a la mayor o menor implicación respecto a la prevención laboral, en concreto en el ámbito psicosocial. Las empresas deben conseguir unos objetivos para poder sobrevivir y mantener el empleo, hoy en día algunas sufren por llegar a fin de mes debido al encarecimiento de aspectos elementales (materiales, luz, gasoil, etc.) y su esfuerzo y tiempo se centra cada vez más en buscar estrategias que solucionen estos problemas. Por otra parte, en ocasiones, seguimos ligando salud únicamente a lo físico, verla como la falta de enfermedades físicas, prestando poca atención a la salud mental, al bienestar de la persona… Y otro aspecto a destacar, es que en algunos ámbitos, falta conciencia de la conexión existente entre el bienestar personal y las condiciones laborales, aunque son numerosos los estudios que avalan esta relación: a mejores condiciones, mejor salud y mayor productividad.
Cada vez son más las empresas que conociendo esta realidad, apuestan por el cuidado de su bien más preciado, el personal y cuentan con iniciativas de prevención de riesgos psicosociales punteras que les están reportando significativos beneficios. Saben que poner el foco también en las personas, el que se les cuide, se les motive, se les forme y se les ofrezcan buenas condiciones dentro de las posibilidades existentes es imprescindible. Esto no quiere decir que no se les exija que realicen adecuadamente su trabajo, que cumplan con sus obligaciones y con las condiciones laborales existentes, …, ya que de lo contrario ello repercutiría negativamente en la empresa y en el resto del personal. Ambas posturas deben ir a la par para que tanto las entidades, como el personal puedan beneficiarse y conseguir el objetivo común: sacar adelante el trabajo y lograr los beneficios que cada parte pueda obtener (algunos serán comunes, otros no).
Estamos en un buen momento para poder plantearnos cambios necesarios, partiendo de la información facilitada por estudios rigurosos y reflexionando acerca de la realidad existente desde un punto de vista constructivo, que busque la mejora de las condiciones laborales psicosociales y como consecuencia de las empresas y entidades. Un buen punto de partida puede ser el intentar realizar un análisis de la situación, y a partir de ello, establecer estrategias de mejora que beneficien tanto a la entidad como a quienes en ella trabajan, con ello, las mejoras serían significativas en cuanto a: productividad, bajas laborales, salud física y mental, calidad de vida, satisfacción laboral y personal, … Y ayudaría a reducir los índices de ansiedad, estrés, depresión, etc. tan altos en nuestro país.
