

«Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo». Esta es una de las frase favoritas de Carmen y sin duda ella está siendo ese cambio que tanto necesita esta sociedad. Carmen dedica su vida a ayudar a los demás. Trabaja en la Plataforma de Entidades de Voluntariado de León y también en el Teléfono de la Esperanza. Hoy hablamos con ella para conocerla un poco mejor y para que nos hable del voluntariado.
«Intento poner el alma en todo lo que hago»
¿Quién es Carmen?
Carmen es una persona normal que ha tenido mucha suerte en la vida; entre otras cosas, ha podido trabajar en algo que realmente le apasiona; ¡y no solo en un puesto, sino en dos! Llevo 4 años trabajando como técnica en la Plataforma de Entidades de Voluntariado de León, y desde enero de este año, también como técnica en el Teléfono de la Esperanza.
Si tuvieras que definirte con una sola palabra ¿Cuál sería?
Tal vez “ilusión”. Intento poner el alma y toda la carne en el asador en todo lo que hago.
«Siento que tengo mucho que aportar»
¿Desde cuándo tienes relación con el voluntariado?
Cuando tenía veintipocos años sufrí una ruptura sentimental muy grande. Llevaba 8 años con un chico y para mí era mi vida entera, caí en una depresión seria y no quería salir de casa. Tuve la suerte de contar con el apoyo de mi familia y mis amigos.
Un día una amiga me dijo: “Ven, que vamos a ir a un sitio”; y me llevó a hacer voluntariado al comedor social de la Asociación Leonesa de la Caridad. Este fue mi primer contacto con el voluntariado, y la verdad es que puedo decir que en ese contacto me cambió la vida.
Ver la gravedad de los problemas de otras personas me hizo “cambiar el chip” y poco a poco empecé el camino que me llevaría a meterme de lleno en el mundo social. No fue algo instantáneo, pero si el primer paso de un camino largo.
Pasé de no tener ninguna inquietud a salir de mi zona de confort y probar todo tipo de cosas nuevas: estudié Lengua de Signos; me apunté a danza del vientre y a yoga; me metí de cabeza en el mundo asociativo (en concreto en asociaciones juveniles, como “El Pacto de las Janas”, pionera en ocio alternativo en León); me interesé por el diseño gráfico; empecé a participar en muchas actividades e incluso a organizarlas; me formé y trabajé como informadora juvenil, orientadora laboral, monitora de tiempo libre…cuanto más me metía en el mundo social, más me gustaba.
Después de aquel primer voluntariado hice muchos otros: en el Hospital San Juan de Dios, Cruz Roja, el Grupo de Trabajo de Comercio Justo de León…y he colaborado con otras asociaciones cuando he podido.
Todo este río de experiencias me ha traído al lugar en el que estoy ahora, y gracias a ellas siento que tengo mucho que aportar.

«Mi padre era mi mayor referente. La persona más buena y generosa que conozco»
¿De dónde crees que te viene esa pasión por ayudar?
Pues tengo claro que es algo que tengo que agradecer, como tantísimas otras cosas, a mi padre. Era la persona más inteligente, buena y generosa que conozco, tenía mucho sentido del humor y siempre intentaba sacar una sonrisa a todo el mundo. Un ejemplo: todos los días entraba media hora antes al trabajo para dejar un caramelo en las mesas de los demás. La gente le quería con locura y era mi mayor referente. Perderle es de lejos lo más duro que me ha pasado en la vida.
Él me dejó cosas tan importantes como el amor por la lectura, la importancia de la familia, la igualdad de derechos de todas las personas, la entrega y las ganas de vivir el presente.
Otro aspecto que ha marcado bastante mis ganas (y capacidad) de ayudar, son las redes sociales. Básicamente vivo en ellas. Ahora mismo son una parte fundamental de mi trabajo, pero ya antes de comenzar en la Plataforma creé varios grupos cooperativos de ayuda mutua (Empleo en León, Te lo doy León, grupos de Bookcrossing…). Algunos acabaron generando eventos fuera de las redes, como el Festival “León Alternativo”, mercadillos de Intercambio de Juguetes en Navidad o liberaciones masivas de libros por la ciudad.
Muchos de estos grupos siguen funcionando, pero los gestionan otras personas o se autogestionan solos; y aunque desde que soy madre no tengo tiempo de mover este tipo de iniciativas a nivel personal, me encanta haber explotado a tope esta faceta de mi vida cuando tuve tiempo.
Las redes sociales me han traído grandes experiencias y sobre todo, grandes amistades.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Dos cosas: la primera desde luego, la gente. Gracias al trabajo he tenido la oportunidad de conocer a gente maravillosa, y hablo tanto de personas que trabajan en las entidades como de aquellas que vienen a informarse sobre voluntariado. Es increíble lo mucho que la gente tiene para aportar, y esto me motiva a seguir esforzándome día a día.
En segundo lugar, los retos. No se trata ni mucho menos de trabajos repetitivos, he tenido que reinventarme por completo en varias ocasiones. Tengo que informar a la gente, dar charlas, organizar cursos, llevar las redes sociales y la página web, hacer la cartelería, elaborar el boletín de información, gestionar la contabilidad, tramitar, ejecutar y justificar subvenciones, hacer memorias, participar en ferias…el trabajo me ha hecho ir superando muchos miedos y para mí es un medio de crecimiento personal.
¿Qué destacarías de Carmen como trabajadora de la Plataforma de Voluntariado y del Teléfono de la Esperanza?
El esfuerzo y el aprendizaje.
Esfuerzo porque detrás de lo que hago, al igual que pasa con las labores del resto de las entidades, hay mucho trabajo que a veces no se ve.
Y aprendizaje porque como dije antes hay muchos retos y he aprendido muchísimo de todos mis trabajos y de las personas con las que formo equipo. Y por supuesto, sigo aprendiendo cada día.
¿Y de Carmen en su día a día personal?
Ésta la tengo muy clara. Fuera del trabajo estoy completamente volcada en lo más importante de mi vida: mi familia. Tengo una pareja maravillosa, un chico al que admiro y que me apoya en todo lo que hago; y un niño de 4 años genial con el que no nos aburrimos ni un momento.
También a mi madre, que a pesar de ser joven ha tenido la mala suerte de tener pasar el último tramo de su vida en una residencia tras varias enfermedades que la han dejado como si tuviera 90 años; siempre que puedo voy a pasar tiempo con ella.
Y con todo esto no tengo mucho más tiempo, pero intento también sacar algún un rato para hacer voluntariado. Ahora mismo en la Plataforma hay algunas entidades pequeñitas a las que he cogido mucho cariño, como las Damas Salesianas o ADERLE (Asociación de Enfermedades Raras), y colaboro con ellas siempre que puedo.

¿Todo el mundo puede hacer voluntariado?
¡Prácticamente! Hay una edad mínima para empezar, que son los 12 años con el consentimiento de los padres/madres o tutores legales, pero de ahí para arriba no hay límite de edad. De hecho, en muchas entidades valoran muchísimo el “voluntariado senior”, porque las personas mayores tienen mucho que aportar.
¿Cuáles son los principales motivos por lo que la gente se anima a hacer voluntariado?
Hay de todo, cada persona tiene los suyos, que no suele ser uno sino varios: tiempo libre, ganas de ayudar, ganas de crecer como persona, una habilidad específica que quieren compartir, conocer gente, ganar experiencia o ampliar el currículum, luchar por una causa en la que creen…las motivaciones son muy variadas y esta es una de las preguntas que hago a la gente en la entrevista de orientación, ya que dependiendo de sus motivaciones pueden encajar mejor en una entidad u otra.
¿Cuáles son los perfiles más demandados por las asociaciones?
Dependiendo de cada entidad y las actividades que se desarrollen, necesitan diferentes perfiles. Uno muy demandado ahora a principio de curso es el de personas que estén dispuestas a impartir clases de apoyo escolar; también el tema de ocio necesita mucho voluntariado en todo tipo de asociaciones (juveniles, de personas migrantes o refugiadas, del ámbito de la salud, de discapacidad…). A veces el voluntariado es algo tan sencillo como acudir a la asociación a charlar con una persona para que practique castellano, o con una persona ingresada en el hospital.
Las entidades están en continuo contacto con la Plataforma y nos trasladan sus necesidades de voluntariado. Generalmente es sencillo darles respuesta porque tenemos una gran bolsa de personas voluntarias de perfiles muy diversos, pero hay casos en que necesitan algo tan específico que es difícil de encontrar; por ejemplo, todavía estoy buscando una persona que tenga conocimientos de peluquería para cortar el pelo a personas sin hogar un día a la semana.
¿Qué actividades estáis llevando a cabo dentro de la Plataforma de Entidades de Voluntariado de León?
Este año la Plataforma se está moviendo muchísimo. Tenemos varias actividades ya consolidadas de años anteriores; además de la orientación personal y el envío de un boletín de información semanal, para este mes de octubre tenemos programadas varias actividades. Por ejemplo, hasta el 16 de octubre podéis participar en el II Concurso fotográfico “Mujer y Voluntariado”, con el que pretendemos visibilizar la importancia de las mujeres en este ámbito. Cualquier persona con un móvil puede presentar una fotografía, y el premio es una cesta de productos de comercio justo.
También estamos impartiendo mucha formación para el voluntariado, desde los cursos de Voluntariado Básico que el presidente de la Plataforma, José Carlos Rúa, imparte una vez al mes (el próximo será a finales de octubre) como cursos especializados impartidos por las entidades. Ahora mismo se está haciendo de forma telemática uno de Moodle (plataforma de formación online) y los días 18 y 19 de octubre tendrá lugar uno presencial de Mindfulness.
Podéis consultar todas las actividades que vamos haciendo en el siguiente enlace: Próximos eventos.
O apuntaros al boletín aquí: Boletín
Somos conocedores del gran peso que tiene la formación dentro del Teléfono de la Esperanza dentro de la prevención del suicidio
¿Crees que la ayuda comienza con la prevención y la formación?
Sin duda. El Teléfono de la Esperanza tiene unas de las mejores formaciones que conozco, tanto para el público en general como para las personas voluntarias que atienden el teléfono las 24 horas o imparten los talleres.
Se imparten talleres de Autoestima, Mindfulness, Meditación, Gestión del Estrés, Gestión de Conflictos, Habilidades de Comunicación, Desarrollo Personal…herramientas que la gente puede utilizar en su día a día, y que son imprescindibles a la hora de hacer voluntariado en la asociación. Un orientador del teléfono tiene que realizar un completo itinerario formativo antes de empezar a atender llamadas y continuar formándose mensualmente, ya que se trata de una tarea muy importante y delicada.
También se imparten talleres dirigidos a personas que se encuentran afrontando crisis específicas, como la superación de un duelo o una ruptura, la importancia del autocuidado cuando tienes a cargo a una persona enferma o dependiente o para personas que han perdido a alguien cercano a causa del suicidio.
Al otro lado del Teléfono de la Esperanza siempre hay alguien dispuesto a escuchar, y ésta es muchas veces la mejor terapia para prevenir muchos males.
¿Crees que es importante darle visibilidad al voluntariado dentro de entidades como en las que tu trabajas?
Por supuesto, y por eso siento que estoy en el lugar que tengo que estar. Como he pasado por muchos voluntariados puedo contarlos de primera mano, y siempre intento transmitir a la gente todo lo que el voluntariado puede aportarles, que es muchísimo.
La mayoría de las personas se sorprende en las orientaciones cuando les explico cuantas formas de hacer voluntariado pueden escoger. Hay tareas que realizan las entidades que son muy desconocidas.

«El voluntariado te aporta mucho más de lo que esperas»
¿Qué le dirías a aquellas personas que están interesadas en ayudar y no saben por dónde empezar?
¡Que pasen a vernos!
Ahora mismo funcionamos con cita previa, y para solicitarla solo hay que rellenar el formulario que aparece en nuestra página web, en la sección “Haz Voluntariado”. Se trata de una pequeña entrevista previa, con la que tenemos un punto de partida para conocer a la persona y dirigirle al voluntariado que mejor se adapte a sus necesidades y preferencias.
Una vez que tenemos estos datos, se le da cita para hacer un perfil completo y explicarle las oportunidades de voluntariado que tiene, para derivarla finalmente a las entidades que escoja.
Estoy segura de que el voluntariado les aportará mucho más de lo que esperan.
Nosotros somos un periódico digital de contenido puramente social,
¿Cómo definirías la labor que llevamos a cabo desde ActualidadSocial?
Innovadora y muy valiosa. Muchas de nuestras entidades son pequeñas y no tienen medios para visibilizar sus actividades. El hecho de que haya medios de comunicación de que se preocupen específicamente de visibilizar este ámbito es un lujo y una oportunidad para ellas.
Nos gustaría conocerte un poco más… ¿podrías contestar a estas pequeñas cuestiones?
UN LIBRO: Imposible escoger, leo uno detrás de otro…quizás uno de los primeros que más me marcó fue “Los renglones torcidos de Dios”.
UN MOMENTO: Todos los días antes de entrar al trabajo, cuando llevamos al peque al cole. Para mí son unos minutos en familia muy especiales que me dan fuerza y ánimo para el resto del día.
UNA PELÍCULA: La vida es bella
UNA FRASE: “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”
UNA CANCIÓN: La del Pirata Cojo
UN LUGAR: Mi casa. La considero mi madriguera, el lugar donde más a gusto me siento.
UN VICIO: El chocolate
UN CONSEJO: Haz voluntariado 😉
UN SECRETO: Me gusta trabajar detrás del telón…es muy difícil conseguir que me ponga delante de una cámara.
UNA FLOR: Cualquiera que no esté cortada.
UNA PASIÓN: Dos – mi familia y mi trabajo.
PLAYA O MONTAÑA: Playa.
¿QUE CAMBIARÍAS DE LA SOCIEDAD ACTUAL?
La implicación. Creo que resulta muy fácil decir “habría que hacer esto” o “habría que solucionar aquello”, pero son pocas las personas que se ponen a ello. Es más fácil dejar que los demás asuman las responsabilidades.
Para terminar, unas preguntas random que le hago a todo el mundo,
¿Qué personas has descubierto últimamente a la que admiras?
Muchas, tengo la suerte de descubrir personas de este tipo constantemente. Por ejemplo, en el Teléfono de la Esperanza yo solo me encargo de las tareas administrativas, pero las personas que atienden el Teléfono son voluntarias, gente que ha pasado por una larga formación y dedica una grandísima parte de su tiempo (a veces hasta en horarios nocturno) a ayudar a otras personas. Para mi eso tiene muchísimo mérito.
Y ¿Qué es lo último que te ha preocupado?
Aunque hay mucho por lo que preocuparse en el mundo, mis mayores preocupaciones en estos momentos de mi vida son más cercanas: que mi hijo sea feliz y que mi madre tenga la mayor calidad de vida posible.
Carmen, una chica muy familiar y comprometida con la sociedad que pone el alma en cada cosa que hace. Porque ella es alma, pasión e ilusión. Supo sobreponerse de un mal momento que la llevó a dedicarse a lo que le apasiona y, poco a poco, está haciendo de su entorno un mundo mejor.
