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El crecimiento acelerado de las tecnologías y las formas de comunicación nos ha llevado a una sobrecarga de información. Además, vivimos en una sociedad globalizada en la cual disponemos de todo tipo de información, de cualquier parte del mundo y a una distancia de un clik.

Sin embargo, toda esa sobrecarga de información puede afectar a nuestra salud mental y a cómo nos relacionamos con el conocimiento. Puesto que van a pareciendo nuevas formas de vivir, de ser y de estar en el mundo.

¿Qué es en realidad la infoxicación?

La infoxicación se refiere a una emoción de angustia que provoca la sensación de que hay tanta información que no se puede asimilar, evaluar, dirigir y procesar correctamente. Esta sobrecarga de información, por tanto, produce estrés y frustración, que pueden derivar en un cierto grado de ansiedad.

Es decir, la necesidad de estar informados todo el tiempo y la imposibilidad de llegar a procesar toda la información, produce ansiedad. Es así, que una persona se infoxica cuando recibe más información de la que puede procesar.

¿Cómo podemos saber si estamos infoxicados?

La infoxicación tiene varios síntomas, además de la ansiedad y la frustración como dijimos antes. Puede producir desorientación, déficit de atención y concentración. Produce problemas de memoria, indecisión y dispersión. En muchos casos, la impaciencia y la impulsividad pueden hacer acto de presencia. Llega un momento en que se produce una administración deficiente del tiempo y también un deterioro de la capacidad analítica.

La infoxicación suele ir de la mano de la ansiedad

La ansiedad, entendida como la aprensión por la amenaza a algún valor que la persona considera esencial para su existencia, tiene una relación mutua con la infoxicación. Una es capaz de propiciar la aparición de la otra. Por ejemplo, cuanto más infoxicada está una persona menos capaz será de organizar y asimilar la información, lo que provocará un aumento de la ansiedad. Y cuanta más ansiedad tenga una persona por estar actualizada, más información consumirá.

¿Qué podemos hacer?

Existen algunas medidas que podemos tener en cuenta para mejorar nuestra salud mental en medio de este exceso de información. Una estrategia que podemos poner en práctica es programarnos horarios para consumir información. Otro truco maravilloso es desactivar las notificaciones de nuestro teléfono. Y, por último, una buena estrategia es no coger el móvil nada más levantarnos ni antes de acostarnos. Esto hará que dejemos actuar a la melatonina para poder descansar y que empecemos el día conectados con nosotros mismos en lugar de con el móvil.

Si alguna vez te has sentido ansioso, prueba a tomar estas medidas u otras que te sirvan a ti para desconectarte un poco de tanta información.

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