La enfermedad del corazón vacío no es una dolencia física como tal. No se trata de una cardiopatía, sino de un estado psicológico que afecta ,en su mayoría, a la población joven. Tampoco se trata de algo banal, puesto que esta enfermedad está detrás de muchos suicidios.
La enfermedad del corazón vacío afecta a jóvenes altamente exigentes
Esta enfermedad afecta a jóvenes altamente exigentes consigo mismos. Las autoexigencias, las altas demandas del entorno o la presión académica pueden llegar a provocar sentimientos de desesperanza o falta de sentido existencial.
Principalmente, las personas que padecen la enfermedad del corazón vacío llegan a la universidad con grandes sinsentidos en su interior. Sin embargo, esa sensación la llegan arrastrando toda su vida. Lo que ocurre es que, una vez que llegan a la edad adulta, esa angustia alcanza unos niveles insostenibles. Esto conlleva que, muchos de ellos, acaben teniendo serios problemas mentales.
Algunos síntomas de la enfermedad
Algunos de los síntomas más evidentes de esta enfermedad son:
Toman las relaciones sociales como obligaciones.
En apariencia, tienen una vida perfecta con mucha vida social, muchos amigos e incluso pareja. En cambio, no son felices ya que la conexión con sus iguales no les aporta una felicidad real. Hacen lo que se espera de ellas y se dejan llevar pero sin encontrar significado a lo que hacen.
Sentimientos de incomprensión
Como las relaciones sociales no les aportan nada y las tienen por obligación, tienden a sentir incomprensión. Normalmente, los progenitores les inculcan una exigencia desmesurada y se sienten solos desde la infancia.
No se enorgullecen de sus logros académicos
Tienen la presión y la autoexigencia de obtener buenos resultados académicos con los que nunca están satisfechos.
Pensamientos suicidas
Muchas de estas personas intentan quitarse la vida tras tener la sensación de haber defraudado a todo el mundo.
En resumen, podríamos decir que la enfermedad del corazón vacío es muy similar a una depresión existencial. Las personas que la padecen no encuentran significado a la vida y se preguntan siempre «para qué«. Arrastran consigo una ansiedad crónica desde pequeños debido a no ser como la familia espera. También presentan miedo al futuro, estrés constante y angustia. La duda de si el esfuerzo les llevará a algún lugar es constante.
¿Qué está fallando en la sociedad?
Estas evidencias nos llevan a pensar que algo está fallando en la sociedad para que un gran porcentaje de la población joven sufra esta enfermedad. Este alto porcentaje de jóvenes son el futuro y no creen en él. Algo no funciona bien cuando hay adolescentes y jóvenes adultos que no encuentran sentido a la vida sintiéndose solos, tristes y vacíos. Es imprescindible contar con herramientas que nos ayuden a prevenir y a detectar estas situaciones. Así como entornos en los que los jóvenes se sientan seguros y puedan expresar sus propósitos, sueños y deseos.